PlaceresEncubiertos

PUNTO G

Dirección: Colón 1519 (Mina Clavero, Córdoba) / Teléfono: 03544 61-8187

El nombre lo define, no hay mucho que explicitar ni arroparlo de dobles intenciones. Sí, hay que decir que nos pasamos milenios tratando de encontrarlo (y la gran mayoría aún no lo ha hallado) pero al descubrirlo el placer se maximiza. Lo mismo ocurre con los sabores.

Acá hace más de siete años se propusieron armar una propuesta donde los colores, las texturas, las diferentes técnicas de cocción y productos de cercanía sean los auténticos protagonistas. Se trata de un bodegón serrano  con platos gourmet exquisitos y con productos frescos y serranos cocinados con muy buen gusto y sofisticación.  “Punto G era una rotisería con un concepto distinto y después encontramos este local donde funcionó una la primer escuela de Mina Clavero hace 100 años. Con la idea que teníamos creí que el proyecto encajaba justo en una escuela. Empezamos a incorporar platos antiguos en el restaurante y también encontrarnos en este momento en donde estamos y tratar de hacerlos más modernos. Usar productos del Valle de Traslasierra en cada plato y productos que sean del entorno de distinta época del año. Estamos en un lugar turístico y creemos que estamos armando un producto turístico en un restaurante” cuenta el chef y propietario Iván Dagfel.

La carta es amplia y cuenta con la sugerencia del cocinero que es el menú del día y también platos fuera de menú. “La cocina que hacemos en Punto G es una cocina contemporánea, hecha por un cocinero trans-serrano. Me vine de muy chico y empecé a conocer productos que no se los usaba y con los que se puede elaborar platos.  Y después investigar un poco y conocer lo que era la cocina antigua de las sierras. Tenemos cervezas artesanales muy buenas, queso de cabra, las aromáticas de las sierras: la peperina, el tomillo, el cedrón, son productos que crecen a tres cuadras”, dice Iván que está en las hornallas desde los 15 años y que todo el mundo en la zona lo conocen como “el cocinero”.

Para la entrada tenés varios tipos de empanadas donde se destacan las de “entraña”, de morcilla y de mondongo $(400 cada una). Las dos que hay si querés darte un mimo es la “provoleta rellena”, que es dorada a la plancha rellena con queso azul, hongo y nueces con ramo de verdes ($2450) o las “Mollejitas” que vienen laqueadas con Fernet y arrope con papa aplastada a la manteca de hierbas y ensalada.  Entre las pastas que están muy buenas pero algo saladitos los bombones encontrás “ravioles Antiguos”, son rellenos de Sesos, salchicha de cerdo y espinacas con estofado de osobuco ($2600).

Tienen un plato que lo tienen desde la primer carta y que no lo pueden sacar, es una bondiolita que está braseada en una barbacoa ($2800).  “Esa barbacoa está hecha en base al fernet Beney que se hace en San Lorenzo, arrope de chañar y un pimentón ahumado que se hace en Cañada Larga. Viene con un puré de batatas que tiene miel y un aguardiente de piquillín que también elabora Beney”, cuenta el chef.

La carta es amplia y cuenta con la sugerencia del cocinero que es el menú del día y también platos fuera de menú.

En pescados sobresale la “trucha de río rellena” con queso de cabra, tomates, y cebolla envuelta en jamón crudo, a la parrilla con crocante de cítricos y risotto de hongos con yema curada ($3500).  El “pollo asado al curry Cañadense” (de Cañada Larga) en Leche de Coco, acompañado con arroz Basmati (aromático) salteado con brócolis y maní cuesta $3100.

“Este año tenemos un plato que me encanta en la carta que es la Viscacha ($3500). Nos traen la viscacha de Pocho y nosotros la hacemos deshuesada y rellena. Y sale con una manteca de flores, sobre una polenta blanca de maíz orgánico y quinoa. El maíz y la quinoa representan el campo antiguo”, explica Iván.  En carnes, “arañita a la pimienta” ($3500) que es acompañada con manteca mix de pimientas, papas a la crema gratinadas y ensalada de tomates.

En los postres en ocasiones  tienen helado de peperina pero el chef recomienta el “flan Campechano” ($1200) “con leche que nos traen de un tambo y huevo del campo”, dice el hombre que hace más de 25 temporadas que cocina en Mina Clavero. “Me conoce un montón de gente como el cocinero”, expresa. Un apodo que habla por sí solo.

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