Esta semana todos los cordobeses de la capital están comiendo lomito debido a promociones y días especiales dedicados a él, pero pocos conocer la verdadera historia.
En primer lugar, el lomito está emparentado con otros sanguches latinoamericanos pero el lomito cordobés tiene su sello distintivo y es por lejos la comida preferida de, al menos, los habitantes de la gran urbe.

El primer antecedente del lomito cordobés es el chivito uruguayo que se inventó en Punta del Este en la década del 40. Cuenta la historia que una señora cayó una noche y quería carne de chivo. La respuesta fue negativa, pero el dueño improvisó un plato con pedazos de peceto, fetas de jamón y algunos vegetales. Lo bautizó “chivito” a propósito del intercambio con la clienta que dio su origen. Y así nació un gran negocio.
En Córdoba hay quienes dicen que los primeros lomitos fueron redondos, eran gigantes y se hacían en un carro que se llamaba El porteño. Para otros, la receta la trajo Di Pinto de uruguay y se instaló en la Rafael Nuñez en un kiosco con cocina. En por esa época, también en esa zona uno de los pioneros fue Miguel Kovacevich y el Gitano. Para nuestro especialista, el creador es el Mono Arévalo que tenía una parrilla muy casera cerca del arco de Córdoba donde vendía choripanes, y en la década del 50 empezó a hacer un sánguche como alternativa al que no quería comer choripanes, pero al principio eran de nalga, por lo tanto más duros. Ese es el antecedente del lomito.

También empezó con la nalga Cocu turello hasta que se dio cuenta que la bocha era la carne de lomo. Así nació 348 en el año 1974. Pero ojo al piojo, no todos los lomos son iguales, aunque a la vista lo parezcan no es así.
El lomito es capaz de hacer mover montañas. Hace algunos años el principal diario de Córdoba realizó una encuesta sobre las mejores lomiterías de Córdoba y curiosamente no figuraba El Candil, fue tal la indignación de los clientes que aunque era un día de la semana se autoconvocaron y acudieron en masa al reducto, llegaron al local, se sacaron fotos y las subieron a las redes sociales y la capacidad se desbordó: fueron 500 personas y no hubo mercadería ni personal que alcanzara para satisfacer a todos ese día.

Por eso el lomito genera pasiones, adeptos de diverso tipo y clientes que se tornan vitalicios. Asimismo el lomito resuelve un almuerzo y una cena, es compañero de encuentros y mantiene su reinado a fuerza de la simpleza en la combinación de sabores.
RECETA DE UN BUEN LOMITO
Bifes de lomo.
Sal y pimienta negra.
Pan.
Huevos
Mayonesa casera termina con algo de mostaza
Preparación:
Condimentar los bifes de lomo con la sal y la pimienta negra, calentar una plancha y hacerlos vuelta y vuelta. Al mismo tiempo, en otro sector de la plancha calentar tantos huevos como sanguches vas a hacer. Al estar listos los bifes y el huevo colocar el bife en el pan ya untado con la mayonesa previamente y agregar lo que vos quieras, desde hojas de lechuga, ruedas de tomate, panceta, jamón y queso y todo lo que se te ocurra.